Camino hacia Nitawa

Habian pasado un par de dias ya desdeque Shiren habia partido de la Villa y se dirigia a Nitawa, una zona aledaña al Pais del Arroz, si todo iba bien, al dia siguiente estaria en el punto que los ninjas habias sido encontrados calcinados, una imagen fugaz se cruzo por su cabeza, un par de niños de su edad o mas pequeños, con sus ropas calcinadas, la piel arrugada, de un color oscuro, despidiendo un aroma nauseabundo, la carne cruda en estado deplorable, sus pequeños cuerpo, sintio ganas de vomitar, pero se controlo y como pudo se olvido de esa escena, un grupo entero, pensaba, mientras su pequeño cuerpo se deslizaba entre las ramas y las hojas de los arboles que utilizaba para impulsarse hacia adelante, cuando se quiso dar cuenta, se encontraba en una de las partes del bosque mas espesa, como tenia entendido, muy cerca de alli estaba el Valle del Fin, que era la frontera con la Villa del Sonido, donde se encontraba el Pais del Arroz.

Pego otro salto, pero esta vez hacia arriba, no hacia adelante, se subio a un arbol lo bastante grande como para salir a respirar, ya que el clima era muy humedo en ese bosque tan espero, lo que hacia que esfuerce sus pulmones para respirar con normalidad, era de mañana, hacia no mas de un par de horas habia salido el sol, por lo que el frio todavia se sentia, y mas en un lugar como ese, el rocio de la mañana ya habia humedecido mas el bosque, por lo que por la tarde, cuando el sol seque un poco mas los arboles, estaria mejor, bostezo y estiro sus brazos y sus piernas, no habia dormido muy bien las ultimas noches, aunque estaba como nuevo sentia ganas de dormir comodamente, recorrio el paisaje con la mirada, todo lo que se veia era verde, habia perdido de vista la Villa de la Hoja y todavia no alcanzaba a ver el Valle del Fin, aunque si seguia asi, a la tarde podria divisarlo.

No habia tenido muchos contratiempos, mas que nada habia parado para descansar y comer, asi que iba muy bien con el tiempo, no sabia lo que le esperaba mas adelante, asi que lo mejor era ir tranquilo, lo que habia pasado ya estaba hecho, lo mejor era ir descansado y ver que estaba pasando, y si lo atacaban, no habia nada mejor que una pelea en optimo estado, se sonrio, pero recordo que tenia una mision de espia y que no podia pelear, sea cual sea la razon, no podia entablar combate a menos que su vida estuviese en riesgo, hizo sonar uno por uno sus dedos y empujandose con la piernas, volvio a la carrera, no habia visto ni sentido nada fuera de lo normal, al menos no hasta el momento, aunque no sabia que podia pasar cerca de ese lugar, si no habia tenido piedad nisiquiera con unos cuantos niños, no sabia con que clase de monstruo se podia llegar a encontrar, aunque eso mucho no le importaba, despreocupado siguio saltando entre las ramas mientras se acercaba mas y mas al punto de encuentro.

El dia que prometia tanto, en el cual por la mañana se vislubraba un sol enorme, habia tomado otro rumbo y como si nada, el sol se habia escondido detras un unas espesas nubes, haciendose mucho mas dificil ver debajo de ese bosque tan espeso, la humedad habia crecido, creandose una viscosa capa de bruma, haciendose dificil respirar, el Chunnin se ato un pañuelo en la nuca, el cual cubria su boca y su nariz, haciendo que pueda respirar con un poco mas de libertar, en ese momento, en la oscuridad, solo se veian sus ojos, resplandecientes como los de un felino que acecha, escucho a lo lejos una caida muy grande de agua, los Valles del Fin, estaba cerca, asi qeu se decidio a seguir, no sin antes consultar el mapa de la mision, recalculando la direccion, siguio su viaje, su ropa negra no dejaba ver mas que su cabeza, la cual, debido a su pelo negro, no dejaba ver mas que sus ojos, citrinas pulidas y brillantes.

Un viento helado se comenzo a filtrar, la tarde caia, el cuerpo de Shiren se mantenia calido debido al movimiento y a sus ropas, su rostro se habia transformado bajo el pañuelo negro que ahora cubria su cara, un aroma extraño invadio el lugar con el viento que hacia segundos habia comenzado a soplar, la humared que habia visto lejos en la copa del arbol en el transcurso del viaje, venia hacia el desde donde el se dirigia, no era un olor a humo normal, estaba cargado de otro olor que el chico no pudo distinguir, casi enloquecido, salio disparado hacia el lugar, moviendose mas rapido que el viento que solpaba realizaba fintas, esquivaba y hasta transpasaba los obstaculos que se le interponian.

Una rafaga de fuego se desprendio por un momento de su cuerpo, pero al instante se concentro y calmo su chakra, no tenia que perder el control, no iba a pelear si no era extremadamente necesario, asi que lo mejor era ir calmandose desde ese momento, los minutos siguientes fueron algo extraños, a pesar de la velocidad du su cuerpo, sus ojos y su cerebro asimilaban todo, mientras mas cerca estaba de donde tenia que estar, el aire se viciaba con un olor a humo, mezclado con sangre y muerte, hasta se podia sentir como las vidas se ausentaban de los cuerpos de los que alliu vivian, y eso que todavia estaba lejos para ver a las personas, a Nitawa y su situacion actual.

Un cuerpo se encontraba tendido en el suelo, un hombre no mayor a 35 o 40 años, de pelo castaño con algunas canas que comenzaban a aparecer, su pecho abierto de par en par, el charco de sangre que lo rodeaba era enorme, el ninja, que ahora era una sombre se le acerco, miro su rostro y casi sin esperanzas de encontrar signos vitales en ese cuerpo, - Hey! - Murmuro casi sin ganas, poso sus dedos en la yugular del hombre, no presentaba ningun signo de vida, se dio vuelta, un grito rajo el aire, sonaba como una mujer, no muy cerca, pero lo suficiente como para que se sienta todo el dolor y el odio que profesaba ese gemido, ruidos de metales rozando entre si, cosas derrumbandose, ruidos agudos, chispasos y demas venian de adelante, el cielo estaba rojo, faltaba poco para que oscurezca del todo, unas horas, caminando muy despacio, la sombra llamada Shiren se posiciono detras de un arbol para observar la ciudad, sus ojos se abrieron de una forma anormal, el amarillo de sus ojos brillo como si de una supernova se tratasen, luego se cerraron para volver a la normalidad, lo que veia no tenia ni cura ni perdon.

Su cerebro se sintio pesado, como si estuviese mas viscoso de lo normal, todo iba en camara lenta, lo que sus fosas nasales inhalaban en ese momento casi hace vomitar nuevamente, el olor a sangre, humo y muerte taladraban su sentido del olfato, haciendo que el chico se maree, y tenga que agarrarse del arbol para no caer al suelo, se recompuso luego de unos segudos, y dispuesto a afrontar lo que tenia enfrente suyo, levanto la mirada, con aire desafiente, auqnue nadie lo estuviese viendo, o si, pero tenia que ser un ninja demasiado bueno, porque Shiren era casi invisible y para ese entonces, se encontraba detras de unos arboles, esta ves miro la escena mas detenidamente, y sintio que el viento que antes soplaba, habia menguado, casi desaparecido, haciendo que el repulsivo vaho quedase en el lugar, poco a poco se acostumbro y se repuso.

Lo primero que vio apenas levanto la vista, fue una niña de no mas de 5 años, llorando desconsoladamente, gritando, gimiendo, cualquiera que hubiese visto esa escena se le hubiese roto el corazon, pero el no podia dejarse llevar por los sentimientos, una explosion y la pared que se encontraba detras de la chiquilla se derrumbaba, todo estaba dicho, la pared iba a aplastar a la niña si nadie hacia nada, y no habia nadie que pudiese hacer algo que no fuese el, pero para su sorpresa, un hombre se encontraba tirado, a unos metros de la niña, inconsciente, con sus ropas en llamas, no podia dejarlo en ese estado, su cerebro pensaba y pensaba, los impulsos nerviosos circulaban en toneladas a la velocidad de la luz en su mente, pero asi y todo, no habia tiempo ni forma.

Un solo movimiento basto para hacer despegar al ninja del suelo, mientras zurcaba el aire dirigiendose al cuerpo, trato de no pensar en el que no habia podido ayudar, pero como un verdadero ninja, no podia hacer otra cosa, tomo a la niña apretandola con su mano izquierda en el pecho, un adoquin que se dirigia a su cabeza fue rechazado por una patada, las piedras eran cada vez mas grandes, y los movimientos del ninja cada vez mas bruscos, pero la niña seguia a salvo, resguardada entre su brazo y su pecho, un par de golpes, entre manos y piernas alcanzaron para darse un lugar y poder pegar un salto hacia atras, con su mano libre agarro de la ropa, casi consumida por el fuego del hombre y se los llevo a los dos a unos metros del bosque, la niña estaba bien, el hombre? el hombre no habia sobrevivido.. - Mierda!! - Gruño enfurecido en voz baja, se dio vuelta, con su mano serecha abrazo a la niña, mientras que le daba golpecitos en la espalda - Todo va a estar bien pequeña, ahora estas a salvo.. - Le dijo y le dio un beso en la frente - ahora me vas a prometer que te vas a quedar atras de ese arbol hasta que vuelva, si? - Decia amablemente con una sonrisa en la cara, la niña habia dejado de llorar para empezar a jadear, tomando aire y a secarse las lagrimas, asintio con sus ojos y cachetes rojos, y camino lo mas rapido que pudo hacia atras del arbol, una vez ahi, asomo la cabeza y le sonrio al shinobi.

Todo parecia tranquilo, al menos parecia que no se encontraban en esa zona de la villa, dio unos pasos y pego la espalda contra una pared de alguna casa, la bordeo y se dirigio hacia la esquina, sus ojos brillantes se asomaron, nada por ahi tampoco, donde estaban los que habian hecho eso? esta vez si que lo iban a pagar, y caro.. pero no podia pelear, que haria? bueno, eso lo pensaria despues.

Nada habia salido como Shiren hubiese querido ni esperado, no habia servido para nada, no habia podido reconocer ni mucho menos impedir que los malditos que habian hecho eso pagaran por sus atrocidades, mucha gente habia muerto, mucha gente inocente habia quedado sin vida solo porque a ellos se les habia ocurrido hacer lo que hicieron, el shinobi no podia creerlo, le resultaba estupido que la gente haga ese tipo de idoteces solo porque se le antojaba o buscaba algo, el chico era un guerrero y amaba pelear, pero solo cuando se necesitaba hacerlo y con gente que pudiese defenderse y tenga un nivel similar de poder, aunque sabia que en un futuro tendria que realizar misiones de asesinato, no se creia capaz de realizar semejante genocidio, cerro los ojos lamentandose, muchos de los gritos y gemidos que se escuchaban antes, ahora habian dejado de escucharse, la gente se habia retirado del lugar, al menos la gente que podia hacerlo por si misma, por lo que tendria que ayudar a los que no.

Iba hacia el pueblo cuando en el piso vio unas huellas grandes, sin forma nisiquiera humanoide, las siguio pensando que "eso" era lo que habia causado semejantes destrozos, las huellas se dirigian hacia donde se encontraba el Pais del Arroz atravezando el bosque, que fue donde despues de unos metros, las huellas se convirtieron derrepente en huellas humanas - Maldito.. - Penso Shiren mientras unos metros mas adentro, las huellas se perdian por completo en la espesura del bosque, sin pensarlo mucho dio la vuelta y se dirigio nuevamente a Nitawa, ahora al menos sabia que el atacante era un humano que podia transformarse en una especie de monstruo y que controlaba el chakra de Fuego o algo parecido, ya que al llegar al pueblo, el chico se dio cuenta que el fuego no habia sido creado accidentalmente.

Vio a un señor, de edad avanzada que con mucha suerte se arrastraba con las manos por el suelo, sin pensarlo 2 veces cargandolo, lo llevo a un lugar mas seguro, tenia una pierna quebrada y la otra quemada, habia sido la misma columna en llamas la que le habia producido las 2 heridas, estaba muy shokeado como para hablar, asi que lo dejo, esperaria a que este mejor para ir a hablar con el, asi fue como siguio encontrando personas herdias, y las llevo todas a un mismo lugar, chicos, niñitas, mujeres, ancianos, todos en un mismo lugar, asi le seria mas facil al equipo medico cuando llegara.

Con los ojos a medio abrir seguia caminando el chico de pelo negro por el medio de la ciudad, tratando de escuchar a alguien que necesite ayuda, giro hacia la izquierda en un cruze de caminos, y vio a lo lejos a la niña que habia dejado en el bosque, arrodillada, moviendo el cuerpo, de lo que mientras Shiren corria hacia ella, pudo ver que era una mujer, comprobo el pulso, y sonaba muy debil y lejano, no tenia las ropas quemadas, por lo que debia ser que habia respirado demasiado humo, se arrodillo al lado de la mujer, por cierto, tendria unos 18 años aproximadamente, y sus cabellos rubios se desparramaban por el suelo, su piel palida, debido al debil latir de su corazon y sus ojos cerrados, rapido, pero con mucho cuidado empujo la cabeza de la chica hacia atras y apoyo su mano izquierda debajo del pecho, esta comenzo a emanar un chakra verde agua, muy claro, luego, tapo la nariz de la chica, haciendo presion en el pecho con la misma mano, el humo salio casi por completo de los pulmones de la mujer, haciendo que esta respire desesperadamente aire puro, la recosto y espero unos minutos hasta que recobrara la consciencia.

- Hola.. - Dijo el shinobi a la muchacha que una vez que habia abierto los ojos lo miraba confundida - no te preocupes, estas a salvo.. - volvio a decirle, apartando suavemente el pelo de la cara, todavia no tenia muchas fuerzas
- Estas bien?.. -

La lluvia comenzo a caer, cada gota era un milagro para aquel pueblo que envuelto en llamas, agonizaba, las llamas parecian no apagarse con el agua, como si no fuese un fuego normal el que estaba quemando ese lugar, Shiren lo sabia, todos los shinobis lo sabian, ese fuego no era comun, hasta se podria decir que quedaban restos de chakra, pero ese era ya otro tema, la lluvia fue aumentando su intensidad, hasta llegar a ser mas que una lluvia normal, el agua caia a cantaros, haciendo que el fuego se apague sea cual sea su potencia, mientras tanto Shiren se encontraba con la chica, que despues de las palabras que este le habia dicho para que se calme, grito, aterrorizada y salio corriendo - ¡¡¡¡Mama!!! - habian pronunciado sus labrios rosados, vibrando por la potencia con que aquella palabra habia salido de su boca, como si se tratase de algo mas importante que su vida, salio corriendo aunque no tenia casi ni fuerza en su pequeño cuerpo, el shinobi se quedo viendola, mientras se levantaba como podia de sus manos, su cuerpo que a gatas podia moverse, su pelo rubio agitandose en el aire, era muy hermosa, pero reacciono al instante, y se paro para salir a ayudarla, cuando una mano se poso sobre su hombro

- Shiren-san, el equipo médico está aquí. ¿Te encuentras bien? - Dijo el shinobi de bata blanca y casco de tela plateado, sin duda se trataba del lider de grupo. - Un equipo ninja se esta encargando de revisar la zona y apagar las llamas restantes...no te preocupes, todo ha pasado ya - Decía la voz cálida y tranquilizante del Jounin como si de un tutor se tratase.

Shiren a pesar de querer ir a ayudar a la chica, se quedo en el lugar, una orden de un mayor, es la orden de un mayor, asintio con la cabeza, se dio vuelta y levantando la cabeza y reconociendo al Jounin medico que si mal no recordaba, su nombre era Hiron, dijo

- Muchas gracias Hiron-sama, trata de que sobrevivan todos, ya se han perdido muchas vidas aqui, yo me hare cargo del que hizo esto.. - Y le sonrio al Jounin

- Joven Shiren, aquí ya no tienes mas que hacer, anda a informar al Hokage de la situación...es de máxima urgencia su intervención en este acontecimiento - Resaltó luego de una pausa pronunciada el Jounin médico, mientras dejaba al Chuunin atras para ocuparse de su labor.

- Si señor, ire en este mismo momento - Le comunico el Chunnin a su superior asintiendo con la cabeza nuevamente y dejando que se retire

Shiren dio un ultimo vistaso a la ciudad que se encontraba en ruinas casi, tendrian que trabajar muy duro para reconstruir todo eso, pero podrian volver a la normalidad, y en cuanto al que habia hecho eso, el chico lo encontraria, tenia que encontrarlo, y luego, pagaria por los destrozos y las muertes causadas, apreto el puño y se dio media vuelta, la Villa de la Hoja quedaba en esa direccion, pensaba mientras comenzaba su viaje de vuelta, al final resulto peor de lo que pensaba, aunque no habia servido para nada, no habia podido hacer nada, habia sido estupido, aunque no le gustaba pensar en eso.

Estaba completamente mojado, aunque su chaqueta era impermeable, sus pelos se encontraban empapados, con un movimiento rapido de la cabeza saco su cabello de su cara porque le tapaba los ojos, el cielo estaba negro, y se escuchaba como las gotas azotaban con fuerza las hojas de los tupidos arboles que le servian de techo al joven shinobi que aunque debajo de ese bosque no se veia nada, sus ojos brillaban en la oscuridad y al menos, podia ver donde pisaba, su vuelta era rapida, ya que recordaba los atajos y el camino exacto por el cual tenia que ir, no pensaba en nada, mantenia su mente en blanco mientras su cuerpo viajaba por inercia.

Recordaba la palabra de la chica - ¡¡¡Mama!!! - mientras en su cabeza se creaba la escena nuevamente de la bella chica que gritaba, porque era tan importante para ella su madre? Era algo que el chico nunca entenderia, no tenia madre, nunca la habia tenido, ni padre (que segun lo que le dijeron, era casi lo mismo), ni tampoco nadie por quien preocuparse, pero estaba bien, era lo que tenia, y no se preocupaba por eso, mas sino que no habia podido pelear con nadie, y el que habia hecho eso, parecia bastante fuerte, le hubiese encantado poder medir fueras con aquel monstruo, en otro momento se encargaria.

No sabia la hora, pues el sol no se veia, pero calculaba que habia estado andando ya casi por mas de 20 horas, descansaria un par de horas y llegaria por la tarde del dia siguiente a la Villa para hablar con el Hokage y darle detalles de la mision.

Un rayo de sol pegaba directo en los ojos del Chunnin, haciendo que este, fastidiado, se levantase con su peor humor, el bosuqe ya no era tan tupido como antes, se estaba alejando de la zona mas pesada y se acercaba a la viila, por lo que era mucho mas liviano el camino, gruñendo se levanto de la rama y se sacudio la ropa, se sentia el aire mas calido que el dia anterior, habia descansado solo un par de horas, pero se sentia con fuerzas nuevamente, se sonrio para el mismo, ya que no habioa nadie y trato de quitarse el mal humor de encima, auqnue odiaba despertarse con el sol en la cara.

Miro el cielo, estaba despejado, solo un par de nubes blancas se encontraban dando vueltas por ahi, se acomodo el pelo y se ajusto la bandana al brazo, flexiono sus rodillas, hasta que las dos hicieron un sonoro "cclack", luego estiro las piernas y los brazos, tomo aire, lleno sus pulmones y partio despacio, poco a poco iria tomando velocidad, tranquilo andaba, cuando al escuchar un chirrido sobre su cabeza, miro, confundido y vio un ave casi enteramente blanca, que llevaba atada a su pata izquierda un escrito que condecoraba unas pequeñas ondas, el simbolo de la villa de la niebla.

Era algo importante, despues de todo, la Villa de la Niebla no se comunicaba con ellos casi nunca, por lo que si lo hacia, tenia que ser importante, asi que haciendole caso omiso a sus musculos que se estaban calentando, salio disparado tras el pajarraco que se encontraba unos metros mas adelante de el sobrevolando el bosque, no tardo mas de un par de horas en llegar al porton, el pajaro habia llegado hacia mas o menos diez minutos, por lo que si se apuraba, el Hokage estaria leyendolo en ese momento.

Paso por el porton y saludo a los guardas, anotaron la entrada y lo saludaron a Shiren con una sonrisa, el joven se dirigio rapidamente a la torre del Hokage, estaba la puerta abierta, golpeo el marco mientras miraba que en la habitacion se encontraba el ayudante del Hokage y dos miembros de ANBU, el chico espero una respuesta afuera de la habitacion.

- Disculpen.. - Dijo en voz baja una vez que los alli presentes lo miraron